domingo, 21 de diciembre de 2014

¡Qué no nos representan! tenemos voz, no sólo voto.

¿Hay razones para una preocupación por la desmovilización? como apunta Alberto Garzón http://bit.ly/1wARKrJ


Cuando la consigna en las calles era "qué no nos representan" no sólo se señalaba al bipartidismo PPSOE aliado con el poder económico. 

El grito en boca de los que tomamos las calles y las plazas, era además una evidencia de que las personas teníamos voz política y decíamos ¡basta, a que otros hablen por nosotras! no somos idiotas (en su etimología ateniense).

Así la multiplicidad de voces, fue lo que nos unió y generó un nuevo lenguaje socio-político, con infinidad de conciencias y empoderamientos personales, espacios de actuación, evolución y de confluencia.
Porque siempre hubo desde el segundo cero, quien llamaba a una transformación partidista, para tumbar a los partidos dominantes en su propio campo de juego institucional. Lo escrito y debatido sobre ello es inabarcable en los espacios 15m.

Pero en el 2014, hay opciones electoralistas, que parecen representar a muchos y muchas, y la movilización cuando uno deja de representarse a sí mismo, se cede a los que ejercen de actores políticos, por ahora en las tertulias televisivas, más que en parlamentos y así nos espera un 2015 de promesas de reality al desnudo, donde todos, en el sentido más patriarcal, pretenderán ser el Adán de Eva. Así de retrógradas y románticas son las campañas electorales.

Si las nuevas opciones que dicen representarnos, como Podemos centra su llamado de movilización en la calle, en sacar consignas narcisistas de Podemos el día 31 de enero http://on.fb.me/1DYesPy, para gloria de la propia organización política, intentando dar un susto a los contrarios, pues callemos y reflexionemos.


O las esperanzadoras nuevas formaciones como Ganemos Madrid, se hacen un selfie en un plenario http://on.fb.me/1DYd5QM, el día y hora que todas deberíamos haber estado en la calle contra la #LeyMordaza, pues callemos y reflexionemos, igualmente.

Y sí, sabemos que en estas nuevas opciones hay una buenísima voluntad y muchas personas admirables anónimas que trabajan con un objetivo de bien común, en lo que creen sinceramente que es la partida que debemos jugar en este momento.
Pero en estos años algunas hemos aprendido que los que nos representan en todo momento, están caminando a nuestro lado, nunca han dejado de jugar la partida a pie de calle, así ayer #20D nos representaba la Solfónica que chocaba contra el muro de UIPs en Callao-Madrid, cantándoles en la cara, como lo hicieron en la bancada en el Congreso, o los yayoflautas con su dignidad madura o los periodistas que se juegan el tipo registrando cada movilización y cada palo, o las personas que asisten en acciones de Stop Desahucios o los que gritan Nadie es ilegal o No somos Delito rodeados por consumistas navideños, o las que participando en sus mareas: blancas, violetas, negras, verdes... o granates desde fuera de España, sumaron más de las 2500 manifestaciones y concentraciones del 2014, y que no se cansan de llevar el grito, la voz, la música o carteles por la calle, sin estar locos ni locas, por empeñarse en mantener el espíritu participativo y democrático, en el espacio público donde no se legislan leyes. Lo sabemos.


Un comentarista en el post de Garzón, escribe "Hay una evidente desmovilización y una vana esperanza a que ocupando las instituciones, se produzca el cambio. Esto último, por si sólo no es posible, nunca ha ocurrido y si se produce a cambio de la desmovilización de la gente y del discurso transversal, es suicida."


Obviamente es una opinión, pero además habría que añadir a lo opinado, que imaginar que se van a ganar las instituciones con una victoria que permita su transformación con libertad y mayoría, por muy deseable que sea, es cuando menos muy discutible que ocurra.
Queda un año y mucho canto de sirena que pretenderá atraer a los electores que desean ser representados y esperanzados.



Yo creo que el único voto útil con el que cuenta la sociedad despierta, es el que no cede su representación a nadie, y se sigue manifestando con su presencia e ideas, con sus dudas, sus críticas, ejerciendo democracia, la real la que no se delega, la que se ejerce para el interés social desde lo propio, no desde el dictado.

Jesús Vega

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